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Crecimiento personal: cómo pasar de la teoría a la práctica



Uno de los mayores malentendidos en el ámbito del crecimiento personal es pensar que entender algo es suficiente para cambiar la propia vida.

Una de las primeras lecciones consiste, por ejemplo, en darse cuenta de que la percepción de la 'realidad' está nublada por pensamientos negativos, emociones destructivas y la tendencia general a juzgar las acciones de otras personas. Esto significa que se vive la vida en un estado no claro y que muchas creencias sobre uno mismo son erróneas.


Tomar un curso o una sesión individual te revelará esta amarga verdad. Puedes decir que lo has entendido, luego vuelves a casa y sigues comportándote exactamente como lo hiciste hasta ese momento. Si es así, no esperes cambios drásticos o mejoras. ¿Qué pasó?

Entender implica captar las cosas solo a nivel mental, y es solo una dimensión del ser humano. En realidad, existen dimensiones más profundas, como el nivel emocional. 'Sentir' que no estás claro, que estás tomando decisiones bajo el influjo de una emoción negativa, que estás desequilibrado y lejos de tu centro existencial es una experiencia que no puedes ignorar. En este caso, será más difícil continuar haciendo las mismas cosas porque cuando 'sentimos', involucramos al cuerpo. El conocimiento se instala en los músculos, por así decirlo.


Cambiar los hábitos del cuerpo requiere esfuerzo y disciplina. Si toda la vida, cuando estoy enojado, muevo la cabeza de cierta manera, aprieto los puños y tenso los músculos de las pantorrillas, no podré hacerlo de otra manera hasta que 'entre' en mi cuerpo y 'sienta' la tensión de mis músculos. Puedo relajar algo solo cuando me doy cuenta de que está contraído.


La práctica y el esfuerzo continuo me ayudan a pasar del conocimiento a la habilidad. Me vuelvo capaz, aprendo progresivamente a entrar en un estado de claridad que me permite percibir la realidad de manera más completa. Sin embargo, esto es solo un paso intermedio, y siempre puedo retroceder 'olvidándome' de cómo se hace. Esto sucede, por ejemplo, cuando un practicante sigue ciertos preceptos y ejercicios durante un año y luego, debido a circunstancias específicas, los abandona de repente. Regresa a la vida anterior y los resultados alcanzados se pierden irremediablemente.


La persistencia, por otro lado, conduce al autoconocimiento. La cabeza, el corazón y el estómago comienzan a comunicarse y coordinarse entre sí. Las consecuencias de esto incluyen, por ejemplo, cierta congruencia. Se hace lo que se dice y se dice lo que se hace. Hay armonía entre palabras y acciones. Todos los centros del ser humano están de acuerdo en una intención básica, que es vivir la vida de cierta manera. Se crea un centro de gravedad permanente. La habilidad se convierte en competencia, es decir, se integra en la sustancia misma de ese ser humano en particular. Podemos decir que esa cualidad se convierte en parte de su alma.


Es por eso que la responsabilidad de una transformación es siempre individual. Si no practico, si no hago los ejercicios que me han dado, estoy perdiendo el tiempo porque la zona de confort prevalece sobre mi aspiración al cambio.


Pregúntate siempre: ¿lo sabes solo, sabes hacer esa cosa o incluso forma parte de ti? Esto te ayudará a entender dónde te encuentras en el camino.


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